Bienvenido, Lechero


Tristán Suárez consiguió por primera vez en su historia el ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino, tras pelear por más de 25 años en la B Metro. Después de una larga espera, pudo lograr el objetivo que muchas veces tuvo cerca y se le escapó por poco.


El 25 de enero de 2021 quedará en la historia para el modesto club del partido de Ezeiza. A las 23:04 de ese día, Sebastián Zunino daba por finalizado el partido y el equipo de Anibal Biggeri conseguía el tan ansiado ascenso a la Primera Nacional. Un conjunto que hasta 1995 disputó la Primera D y la Primera C, había llegado finalmente a la antesala de la Liga Profesional de Fútbol.


La particularidad que tiene es que una vez que ascendió no bajó nuevamente. En 1976 pasó de la D a la C manteniéndose en la categoría, y recién en 1995 llegó a la B Metro, donde estuvo más de un cuarto de siglo. Así como tuvo chances concretas de ascender, tuvo campañas muy malas donde finalizó fuera de los puestos del reducido o por debajo de la mitad de la tabla.


De hecho, al año de estar en la tercera categoría pudo subir al Nacional. Con la reestructuración que hubo ese año en el fútbol argentino (una de tantas que hubo) tuvo la posibilidad. Sin embargo la suerte no estuvo de su lado, ya que cayó en la tercera ronda de la reestructuración contra Almirante Brown y debió resignarse con seguir en la B Metropolitana.


Pasó una temporada y en el desenlace de 96-97, tuvo su pase a la final por el primer ascenso al conseguir el Apertura 1996. Allí lo esperaba Defensa y Justicia, que se había alzado con el Clausura 1997. Sin embargo, el Halcón lo superó. En la segunda chance, pero quedó en semifinales contra Dock Sud.


Los años siguieron y el Lechero no consiguió una oportunidad concreta. En la temporada 2003-04 llegó al reducido, donde superó a Almirante Brown y la final venció a Atlanta. Disputó la promoción con un equipo de la B Nacional, Unión de Santa Fe. La ida en el sur del Conurbano terminó en 0-0. En la vuelta, en el “15 de Abril”, el Tatengue ganó 3-0 y mantuvo la categoría.


El siguiente campeonato volvió a acceder a la eliminatoria para subir a la segunda. Pasó a Los Andes en cuartos y a Sportivo Italiano en semifinales. La final fue frente a Platense. El primer chico empató 2-2 y se definió todo en la vuelta. Pero el Calamar lo goleó 4-0 y lo dejó fuera de poder jugar frente a Chacarita para ascender al Nacional.


En la 2009-10, el conjunto de Ezeiza volvió a pelear seriamente por llegar a la BN. Fue por la segunda oportunidad, a través de un mini reducido. Se enfrentó esta vez a Sarmiento de Junín, equipo que le sacó la ilusión de llegar a la antesala de la Primera División.


Llegó el Torneo de Transición 2014, donde subieron tres equipos en una nueva reestructuración del fútbol argentino. Consiguió llegar al playoff por el tercer ascenso. Pasó a Deportivo Morón y después a Acassuso. En la final enfrentó a Villa Dálmine. La ida venció 1-0 y solo debía empatar en el “20 de Octubre” para ascender. Sin embargo, cayó como local por 2-0.


Después de poco más de seis años. Llegó la temporada 2019-20 pero la pandemia frenó todo cuando lideraba el Clausura y estaba tercero en la general. Se renovó el torneo. Tuvo que luchar otra vez y nuevamente llegó al Reducido. Una espina que tenía clavada y le costaba sacar. La que siempre la dejó al borde de la gloria.


Pasó Argentino de Quilmes. Duro escollo donde fue a los penales. Luego Comunicaciones no se la hizo fácil; tan solo lo venció por la mínima. Sin embargo, estaba en otra final. Que tantas veces se le negó. San Telmo fue el rival de turno. Aunque en esta oportunidad la suerte le sonrió. Un gol al inicio del complemento le dio el pase a la Primera Nacional.


El club tiene 91 años de historia. De ahí estuvo 47 en la D, 19 en la C y 25 en la B Metro. Casi un siglo tuvo que esperar esta institución que está a 45 km de la Ciudad de Buenos Aires, para estar a un paso de la Liga Profesional de Fútbol. Pronto se verá cómo le va, lo importante es que llegó. Bienvenido, Tristán Suárez a la Primera Nacional.


Por Matías Damián Ocampo / @matias_ocampo


Foto: tribunero.com

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Matías Damian Ocampo