Por allá en 2015, de la mano de Omar Labruna debutó en la primera de Chicago Nicolás Giménez, un volante ofensivo que hizo sus primeras armas jugando aún cuando el equipo estaba en la Primera División. Su explosión futbolística fue de la mano de Rubén Forestello, donde marcó algunos goles entre ellos a Argentinos Juniors, Independiente y Sarmiento de Junín. Se ganó el puesto, tuvo un lugar importante en ese plantel que terminó perdiendo la categoría por un punto, luego de ganar 5 encuentros al hilo.
En 2016 la idea del Verdinegro era volver rápidamente a la élite del fútbol argentino, aunque varias irregularidades se lo impidieron, hasta el momento. En aquellos primeros seis meses, con la camiseta de Chicago fue la gran figura del equipo y eso le valió el traspaso a Talleres de Córdoba por 8 millones de pesos. En la "T' no tuvo el lugar esperado, tuvo cesiones a San Martin de Tucumán, también en Arsenal dónde alcanzó un alto nivel.
En el equipo de Sarandí se destacó tanto que llamó la atención de Baniyas SC que pidió el préstamo a Talleres -dueño de la parte mayoritaria del pase- del jugador, cuya cláusula era de 2.500.000 dólares. Finalmente el club árabe, ejecutó y decidió comprar al oriundo de San Justo.
El Torito salió beneficiado de esta transacción ya que se quedó con una fracción de la ficha, por eso recibirá un millón de lo que deberá pagar el nuevo acreedor del nacido en la escuela de Mataderos. Este nuevo ingreso seguramente servirá para ser de ayuda para los dirigentes que tienen la obligación de acomodar la economía para empezar a saldar deudas.
Por Cristian Vallejos / @CriisVallejos20
Foto: TyC Sports
