El grito que quedó en la historia Gasolera


Temperley recuerda el octavo año del ascenso al Nacional B, siendo el puntapié inicial para la posterior llegada a Primera División tras 33 años. El gol de Ariel Rojas y la atajada de Federico Crivelli en la tanda de penales que desataron la locura del pueblo Celeste.

No había sido fácil para el Gasolero en ese torneo. Incluso había coqueteado con la tabla del fondo de los promedios para bajar a la Primera C. Pero llegó el autor intelectual: Ricardo Rezza. Que hizo que de a poco vaya subiendo en la tabla y que se acomode en la parte de arriba de la misma. 

Llegó el Reducido. Llegó a la final. La derrota en la ida dolió, por supuesto, pero las esperanzas estaban a flor de piel. Hace muchos años que no tenía una oportunidad tan grande para volver a la segunda categoría. Hasta que llegó ese domingo 8 de junio de 2014. El día de la vuelta. 

Lo tuve que ver desde mi hogar, ya que esa vez no pude conseguir una entrada para ir al estadio. El Alfredo Martín Beranger explotaba esa noche con hinchas del Celeste que fueron con toda la fe de que podía revertirse. El grito de “Temperley, Temperley”, explotaba en los cuatro sectores de la cancha. 

El partido fue complicado tanto uno como otro tuvieron chances de abrir el marcador. Los minutos pasaban y cada vez se sufría más, porque parecía que se escapaba el ascenso de nuevo. Para colmo, a poco del final, Brian Cucco se fue expulsado. Sin embargo, a los 44 del segundo tiempo, llegó el desahogo. Uno de los goles más gritados. 

Centro de Gastón Aguirre, para que la peine Leonardo Di Lorenzo y descoloque a la defensa de Platense y la pelota le quede a Ariel Rojas, que de media volea de derecha, anote el 1-0, que desató la locura en las tribunas y la propia que me hizo despegar de la silla para despertar medio vecindario. Se forzaban los penales. A sufrir un poco más.

Empezó mal, pero de inmediato Federico Crivelli empezó a agigantarse. El primer quiebre fue el disparo de Facundo Melivilo, pero Claudio Flores tapó el disparo de Cristian Quiñonez. Se seguía sufriendo. Más cuando el penal de Crivelli pegó en Flores pero entró igual. 

Llegó la serie de uno. Toda mi familia también estaba mirando, pero mis nervios y los de la gente en el estadio estaban cada vez peor. El 5-4 lo anotó Rojas. Llegó el turno de Humberto Vega. Crivelli esperaba en el arco. El 4 del Calamar disparó a la derecha de Superman este lanzó al mismo lado…

¡Temperley era Nacional! El arquero del Gasolero tomó la pelota y la alzó al cielo, ofreciéndosela al público de la Biondi. La madrugada de un lunes más dulce. Las tribunas se vinieron abajo. Importaron muy pocos los vecinos. El griterío era total. El Gasolero volvía, a la segunda categoría, tras 14 años. 

Por Matías Damián Ocampo / @matias_ocampo
Foto: Diario Popular
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Matías Damian Ocampo