El Torito a la deriva: otra vez sin DT


Con solo 17 partidos disputados en el año, Nueva Chicago despidió su segundo DT en apenas seis meses. Con elecciones en puerta y una crisis que ya supera lo deportivo, el panorama es más que complicado para todo Mataderos. 

Es increíble pero real, en 2024 apenas segundos le faltaron a Nueva Chicago para jugar una final por un ascenso a Primera. En 2025 todo ese buen trabajo realizado por Andrés Montenegro y compañía quedó totalmente olvidado por varias cuestiones: mala elección de un DT sin experiencia, la no continuidad de Montenegro entre polémicas, y una dirigencia llena de internas aún más notorias después del fallecimiento de Pablo Olmos. Ni hablar del conflicto interno entre partidarios y la gente de prensa del club.

Todos estos acontecimientos fueron una bomba de tiempo que explotó en Mataderos, hoy Chicago está al borde de caer en descenso directo con apenas tres partidos ganados en seis meses, no cayó en la zona roja solo porque hay dos equipos que son peores (hasta el momento). 

Para colmo de males, lo que parecía iba a ser la solución, terminó siendo otro dolor de cabeza: Walter Perazzo que llegó para "arreglar" lo que dejó Rodrigo Braña, terminó en el mismo camino que su antecesor despedido por no conseguir los resultados esperados.  Tras una reunión con la dirigencia, el exDT fue notificado que no seguirá en su cargo algo resonante, no tanto por los resultados obtenidos sino porque es curioso despedir a un técnico a dos meses de las próximas elecciones, pautadas para el 24 de agosto.

Cada día que pasa es un nuevo dolor de cabeza, en una guerra sin vencedores ni vencidos, el principal perjudicado es el club que quedó preso de todo lo comentado anteriormente. Y como si fuera poco, el domingo se juega una final anticipa para alejarse de Defensores Unidos su máximo perseguidor en la zona baja de la tabla de posiciones y probablemente lo haga con un DT interino o, en su defecto con un entrenador con apenas un puñado de entrenamientos. 

¿Lo positivo de esto?, aún quedan seis meses y con elecciones pautadas para agosto quizás pueda darse un golpe de timón a un barco que hoy parece hundirse cada vez más. Lo negativo es que si esto no cambia la tragedia parece inevitable, y el final puede ser ni más ni menos que la pérdida de la categoría.

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Cristian Vallejos